
Daniela Alanis Mendez
2 dic 2025
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue liberado de una prisión federal de alta seguridad ubicada en Pensilvania, Estados Unidos, después de que el presidente Donald Trump le concediera un indulto total e incondicional.
La decisión, que estalló como un terremoto político tanto en Washington como en Tegucigalpa, ocurre a pocos días de las elecciones presidenciales hondureñas y revive debates sobre narcotráfico, geopolítica regional y uso del poder presidencial.
La información fue confirmada por Renato Stabile, abogado del exmandatario, quien informó que Hernández salió en plena noche de la penitenciaría federal de Hazelton, en Pensilvania, una prisión de alta seguridad del Buró Federal de Prisiones (BOP).
“El presidente Trump ha otorgado un indulto total e incondicional al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández. El presidente Hernández ha sido liberado de prisión”, declaró Stabile.
El abogado añadió que, por ahora, desconoce los planes inmediatos del exmandatario, aunque espera que la familia emita un comunicado oficial.

Hernández había sido condenado en marzo de 2024 por un tribunal de Nueva York a 45 años de cárcel, cinco más de libertad supervisada y una multa de US$ 8 millones por tres cargos relacionados con narcotráfico y armas de fuego. Las autoridades estadounidenses lo acusaron de haber utilizado la presidencia de Honduras (2014-2022) para proteger a cárteles de la droga, facilitar el paso de más de 400 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y recibir millones de dólares en sobornos.
El Departamento de Justicia estadounidense (DOJ), que lideró el caso, aseguró que Hernández convirtió a Honduras en un “narcoestado” y que recibió dinero de múltiples organizaciones criminales, incluyendo el Cártel de Sinaloa, entonces dirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Una parte del caso también involucró a su hermano, Tony Hernández, detenido en Miami en 2018 y condenado a cadena perpetua por narcotráfico.
Pese a ello, Juan Orlando Hernández siempre negó las acusaciones y calificó el proceso en su contra como un montaje político.
La primera reacción pública provino de su esposa, Ana García de Hernández, quien celebró la liberación en redes sociales:

“Después de casi cuatro años de dolor, de espera y de pruebas difíciles, mi esposo Juan Orlando Hernández volvió a ser un hombre libre, gracias al perdón presidencial otorgado por el presidente Donald Trump”.

El indulto no solo sorprendió por lo abrupto, sino por su timing político. Trump anunció el perdón menos de 48 horas antes de las elecciones presidenciales hondureñas del domingo, en las que el país busca al sucesor de Xiomara Castro.
El presidente estadounidense aprovechó para apoyar al candidato del Partido Nacional, Nasry “Tito” Asfura, sucesor de Hernández en la estructura del partido.
En su red Truth Social escribió:
“Concederé un indulto total y completo al expresidente Juan Orlando Hernández… Voten por Tito Asfura para presidente”.

Hasta el cierre del TREP, con el 57% de los votos contabilizados, Asfura y Salvador Nasralla mantienen un empate técnico, separados por apenas 515 votos, situación que complica aún más la lectura política del indulto.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, defendió el indulto asegurando que Hernández fue víctima de un “sobreprocesamiento” político durante la administración de Joe Biden.
“Era presidente de su país”, declaró. “Pertenecía al partido de oposición y fue acusado porque se oponía a los valores de la administración anterior”.
Sin embargo, documentos judiciales muestran que parte de la investigación se desarrolló durante el primer mandato de Trump, cuando el hermano de Hernández también fue procesado.
La decisión generó un rechazo inmediato entre legisladores de ambos partidos:
María Salazar, representante republicana por Florida, dijo que ella “nunca hubiera concedido ese indulto”.
El senador republicano Bill Cassidy cuestionó la coherencia del gobierno:
“¿Por qué indultaríamos a este tipo y luego perseguiríamos a Maduro? ¡Encarcelen a todos los narcotraficantes!”
La congresista demócrata Norma Torres escribió una carta a Trump calificando a Hernández como “un terrorista convicto” si, como dice la administración, los cárteles son organizaciones terroristas.
El congresista Joaquín Castro también condenó la decisión, señalando que Hernández es responsable indirecto de la muerte de “innumerables ciudadanos estadounidenses”.
De acuerdo con el medio Axios, Hernández envió una carta al presidente estadounidense tratándolo como “Su excelencia”, destacando la colaboración bilateral durante su mandato y pidiendo clemencia.
El perdón también habría sido impulsado por una “persistente campaña de cabildeo” liderada por Roger Stone, aliado cercano de Trump.

Con su liberación, Hernández se convierte en uno de los pocos expresidentes latinoamericanos que logra revertir una condena por narcotráfico en Estados Unidos mediante un indulto presidencial, a pesar de la magnitud del caso y del impacto regional que generaron las acusaciones.
Mientras Honduras enfrenta un escenario electoral incierto y Estados Unidos es cuestionado por aparente inconsistencia en su lucha antidrogas, la figura de Juan Orlando Hernández vuelve a ocupar el centro de la conversación política, ahora en libertad y con múltiples interrogantes sobre su futuro.






