Jesús Mora
13 jun 2025
La reciente escalada militar entre Israel e Irán ha comenzado a tener repercusiones en el ámbito cultural. Tras los bombardeos israelíes a instalaciones estratégicas en Teherán, varios festivales europeos han anunciado la suspensión temporal de la participación de artistas iraníes, citando razones de seguridad y logística. La medida ha generado preocupación en la comunidad artística internacional, que teme que el conflicto afecte la libertad creativa y el intercambio cultural.
Organizadores de eventos en Berlín, Ámsterdam y París confirmaron que, debido a la incertidumbre diplomática y las restricciones de viaje impuestas por algunos gobiernos, se han cancelado presentaciones de músicos, cineastas y compañías teatrales provenientes de Irán. Aunque algunos festivales han ofrecido reprogramar las fechas o realizar presentaciones virtuales, otros han optado por retirar completamente a los artistas del cartel. La decisión ha sido criticada por colectivos culturales que consideran que “la cultura no debe ser víctima de la guerra”.
Mientras tanto, el Ministerio de Cultura de Irán ha condenado la medida, calificándola como una forma de censura indirecta. Por su parte, la Unión Europea ha reiterado su llamado a la diplomacia y al respeto por los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión artística. En medio de la tensión geopolítica, el arte vuelve a ser un reflejo de los tiempos: vulnerable, pero también resiliente.