Daniela Alanis Mendez
1 ago 2025
Detenido a los 35, acusado sin pruebas y torturado por autoridades, su historia representa una de las injusticias más prolongadas en la historia reciente del país.
Israel Vallarta Cisneros nació el 16 de julio de 1970 en el sur de la Ciudad de México. Desde joven mostró interés por el ámbito empresarial: fundó una oficina de cómputo y trabajó en empresas como Pepsi-Cola y Bardahl, antes de dedicarse a la compraventa de automóviles.
Contrajo matrimonio en cuatro ocasiones y mantuvo vínculos familiares estrechos. Actualmente, su pareja es Mary Sainz, quien también ha sido su principal defensora legal. Durante los años de reclusión, su familia organizó protestas y actos públicos para exigir su liberación.
El 31 de julio de 2025, una jueza federal absolvió a Israel Vallarta, al concluir que la Fiscalía General de la República (FGR) no acreditó su participación en los delitos de secuestro, delincuencia organizada ni posesión de armas. Tras casi dos décadas en prisión preventiva, Vallarta finalmente recuperó su libertad.
La decisión judicial se suma a años de denuncias por violaciones al debido proceso, tortura e irregularidades en el caso conocido como “Los Zodiaco”, uno de los más controvertidos en la historia reciente del sistema penal mexicano.
El 8 de diciembre de 2005, Israel Vallarta fue detenido en el rancho Las Chinitas, junto con la ciudadana francesa Florence Cassez, durante un operativo de la entonces Agencia Federal de Investigación (AFI). Un día después, ambos fueron presentados públicamente como integrantes de la banda criminal “Los Zodiaco”.
Más tarde se confirmó que la detención fue un montaje televisivo orquestado por la AFI, encabezada entonces por Genaro García Luna. Las imágenes del supuesto operativo, transmitidas en cadena nacional, mostraron a Vallarta esposado y visiblemente golpeado, mientras Luis Cárdenas Palomino lo obligaba a declarar frente a las cámaras.
Diversos testimonios y documentos oficiales confirman que Israel Vallarta fue víctima de tortura física y psicológica tras su detención. Narró que fue golpeado, despojado de su ropa y amenazado, sufriendo lesiones en la columna vertebral que le impidieron caminar por semanas.
Estuvo bajo arraigo durante tres meses, confinado en condiciones inhumanas: pasó 27 días desnudo en una celda oscura, sin mobiliario, con drenaje abierto y sin luz natural. Pese a estos abusos, permaneció encarcelado sin recibir sentencia durante casi 20 años.
Organismos internacionales como la ONU-DH y el Comité contra la Tortura documentaron múltiples irregularidades en su caso: falta de pruebas directas, testimonios contradictorios y la escenificación del operativo fueron señaladas como graves violaciones al debido proceso.
El caso recobró notoriedad con el estreno del documental “El caso Cassez-Vallarta: Una novela criminal” en 2022. Mientras Florence Cassez fue liberada en 2013 tras una resolución de la Suprema Corte, Vallarta permaneció en prisión por otras causas, aún sin ser sentenciado.
El 15 de julio de 2025, un Tribunal Colegiado de Apelación ordenó revisar la medida de prisión preventiva. El 31 de julio, su defensa fue notificada de la sentencia absolutoria.
Durante el juicio, la FGR solicitó 329 años de prisión, a pesar de que existían peritajes basados en el Protocolo de Estambul que acreditaban tortura. La defensa presentó múltiples amparos, argumentando detención ilegal, violaciones a derechos humanos y falta de pruebas contundentes.
Esta mañana, Israel Vallarta Cisneros salió del penal federal del Altiplano, donde estuvo casi dos décadas en prisión preventiva acusado de secuestro. Alrededor de las 9:50 horas, dio sus primeros pasos fuera del centro de máxima seguridad, donde coincidió con personajes como Joaquín “El Chapo” Guzmán y Jesús “El Güero” Palma.
A su salida, fue recibido por su esposa, Mary Sainz, quien llegó desde temprano al penal acompañada del equipo del Instituto Federal de la Defensoría Pública (IFDP), que encabezó su defensa legal.
“Estoy emocionada y bien contracturada porque estamos desde temprano esperando que ya lo liberen”, declaró Mary Sainz, segundos antes de que Vallarta cruzara la reja del penal.
Su liberación fue ordenada por la jueza Tercero de Distrito en materia penal, con sede en Toluca, Estado de México, Mariana Vieyra Valdez, quien resolvió que la FGR no presentó pruebas suficientes para acreditar su responsabilidad en los delitos de secuestro, delincuencia organizada, portación de armas y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército.
Con 55 años, Israel Vallarta recupera la libertad tras haber sido detenido a los 35. Su caso se ha convertido en uno de los símbolos más crudos del uso político del sistema penal en México, marcado por la tortura, el montaje mediático y la impunidad institucional.
